Para ir trabajando la autonomía con uno de nuestros alumnos hemos empezado a introducir contratos de conducta para que él vaya adquiriendo pequeñas responsabilidades diarias adecuadas a su edad.
Comenzamos con la tarea de organizar la mochila. Para ello se llegó a un acuerdo entre el propio alumno, la familia y la profesora que quedó plasmado en el siguiente contrato de conducta:
Destacar que dimos dos opciones de premio y que quisimos que quedase reflejado qué elegía cada día el alumno para ver sus preferencias y ver la posibilidad de irle introduciendo nuevas opciones.
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